Maria Mercedes

Maria Mercedes

domingo, 31 de octubre de 2010

Libros Publicados De Maria Mercedes Carranza

Poesía
  • Vainas y otros poemas, 1972
  • Tengo miedo, 1983
  • Hola, soledad, 1987
  • Maneras del desamor, 1993
  • De amor y desamor, 1994
  • El canto de las moscas, 1998
Antologías y selección de textos
  • Siete cuentistas jóvenes, Bogotá, 1972
  • Nueva poesía colombiana (antología), 1972
  • Estravagario (selección de textos), 1976
  • María Mercedes Carranza, revista de poesía Golpe de dados, # 40, Bogotá, 1979 
  • Antología de la poesía infantil colombiana, 1982
  • Carranza por Carranza, antología y texto crítico de la poesía de Eduardo Carranza, 1985

sábado, 30 de octubre de 2010

Imagenes De Maria Mercedes Carranza













Mi Comentario Del Desamor

El poema del desamor me gusta. Es un poema demaciado tierno que representa sus pensamientos y en lo tierno que puede llegar a ser. Es un poema que puede expresar una tristeza o una felicidad. Es un poema muy bonito.

Mi Comentario Del Poema Maldicion

MALDICIÓN es un poema como de venganza o arrepentimiento de MaríaMercedes porque ella expresa sus sentimientos y cuenta como va aencontrarce con su "adorado", y pues mi opinión sería que pues uno puede expresar los sentimientos de uno en muchas maneras, y pues como esa de María Mercedes me parece que es una forma de actuar contra la realidad de ella, o de uno mismo también.

Linea Del Tiempo

María Mercedes Carranza: 1945-2003


En 1972, con epígrafe de Borges, publica su primer libro de poemas: Vainas y otros poemas. Abarca poemas escritos entre 1968 y 1972 y en su carátula conviven Misael Pastrana con el general Álvaro Valencia Tovar, Mafalda y las calaveras de José Guadalupe Posada, Pablo VI y Ho Chi Minh. La época resumida en un collage.
Surge allí también Colombia como obsesiva preocupación. Vista con humor, sarcasmo y juegos de palabras. Al mismo tiempo la poesía es puesta en duda desde una perspectiva crítica, tan propia del momento. Podría citar a Cesare Pavese, el poeta y novelista italiano que se suicidaría: "Vendrá la muerte y tendrá tus ojos", como a Jorge Manrique: "amigo dilecto de las calaveras", para concluir en que quizá todo no sean más que "palabras más o menos".

Escribirá, según dice, sus memorias, con énfasis en la cotidianidad suma y de resto
llenaré las páginas que me faltan con esa memoria que me espera entre cirios, muchas flores y descanse en paz.
Algunos poemas fracasaban por lo explícito de su rechazo a lo convencional, pero otros poemas, como el titulado El silencio o Quién lo creyera, nos revelaban su fuerza expresiva. Por un lado esa vacuidad sonora, de tautología que se repite sin pausa, y por otra el reconocimiento de esos dos niveles donde, por una parte, somos furia inexpresiva, mudez asesina, y, por otra desgranar de fórmulas vacuas. Convencionalismos que disimulan ese severo diagnóstico del hombre lobo para el hombre.
La cultura, además, como en el poema dedicado a la señora Arrolfini en el célebre cuadro de Van Eyck, va a ser usada en todo momento como referencia iluminadora, de ágil juego textual. Allí donde los sonetos de Garcilaso de la Vega se cruzan con el autoestop, el Reader's Digest y los barbitúricos, al buscar dinamizar, por la irrisión, por el desapego, esos iconos consagrados.
Ese cuadro luminoso y complejo, en donde la pintura flamenca reflexionaba sobre sí misma, en el espejo de ese interior burgués, con el perrito a los pies de los dos cónyuges, es puesto en duda, y sacudido, por una joven poeta colombiana, hija de un poeta mayor de nuestras letras, conocedora de la tradición española pero también de los antipoemas de Nicanor Parra.
Que al estar casada, en ese momento, con el poeta y periodista Fernando Garavito, establecería un ineludible diálogo con quien producía a su vez una poesía también cuestionadora, enumerativa, que, interesada por la iconografía de los medios de comunicación masiva, convertía las tiras cómicas de Snoopy en protagonista de sus melodramas, donde lo trascendental es puesto en solfa. Ella, por su parte, introducía en sus textos canciones infantiles como una forma de restaurar una inocencia perdida en contra del maquillaje retórico que afeaba y tergiversaba el agobiado rostro del lenguaje. Pero la suya, quién lo duda, también era otra retórica: la de la blasfemia irreverente, la del desparpajo provocador.
Si diálogos como los de El silencio apuntaban al teatro del absurdo:
—parece verde
—es verde
—¿es verde?
—sí, es verde.

Muchos otros poemas dedicados a la pintura, a la figura de Simón Bolívar, o a la huelga de las palabras mismas, con sus raídos lugares comunes o la estulticia sorpresiva de sus frases hechas, hacían conciencia en torno a una existencia inútil: "Después de todo, malvivo mi vida, como usted".
Solo que ese interlocutor al cual se dirige, ese lector al que apela con sesgada ironía, no es otro que la muerte. Búrlese de ella, en los convencionales rituales del luto —como en Ahí te quiero ver o Jugando a las escondidas— lo que en definitiva subsiste, paradoja última, es la vasta dimensión del olvido. La nada desnuda. Este brevísimo libro de veintiún también breves poemas efectúa una disección crítica del lenguaje, una desmitificación de la circunstancia histórica nacional y termina por convertirse en una clásica meditación fúnebre. Un elegiaco monumento a la persona misma que habla, y al lenguaje que, disimulándola, termina por revelarla sin maquillaje alguno. Sola y vacía.

Su segundo libro, Tengo miedo, no aparecería hasta 1983, y abarca poemas del 76 al 82. Allí mantiene algunos de los tonos del libro anterior, en poemas como Sobran las palabras, pero ahora hay una voz más directa y desnuda. Vainas ha sido la catarsis que le permitió llegar a cero y no hablar más paja, como lo señaló con su proverbial agudeza Ernesto Volkening, en Eco, al escribir sobre su primer libro. Ahora la voz del miedo y la soledad se siente desconcertada. No sabe cuál es su verdadero oficio y razón:
Sirve para oficios desuetos
Espíritu Santo, dama de compañía. Estatua
de la Libertad, Arcipreste de Hita.
No sirvo para nada.
[pág. 53]

Tampoco sabe cuánto durará esa condena: la de sentirse atrapada por sí misma:
Queda la palabra yo. Para esa, por triste, por su atroz soledad decreto la peor de las penas: vivirá conmigo hasta el final. [pág. 55]
Sólo que el enemigo agazapado en su interior, que conjura y emparienta con figuras dramáticas como Antonin Artaud, que busca retrasar con crema Ponds, que asoma incluso en la conversación con la hija, a quien recomienda el uso de la cortesía y santas pascuas, no se disipa nunca. Es terco, inamovible. No pudiéramos definirlo en una sola palabra. Aleación entre miedo, soledad y vejez. Es el fracaso consciente de querer abarcar el mundo íntegro en una palabra renovada y total, pero tener para ello solo las oxidadas armas del lenguaje diario, malversado en la prensa, adulterado en la radio, suplantado, en la televisión por la imagen, brutal, preciso y contundente. Sin olvidar tampoco que ya Álvaro Mutis, en sus primeros textos, había dedicado un memorable asedio a este elusivo y siempre próximo fantasma que nos acompañará toda la vida. Decía Mutis, en Los elementos del desastre (1953): "El miedo se desliza vertiginosamente / para tornar luego con nuevas y abrumadoras energías". El miedo, la auténtica, la única, la verdadera tradición nacional, que continúa su marcha a través de la poesía, en un arco que de Álvaro Mutis a María Mercedes Carranza nos inquieta y perturba por su letal persistencia.

Mapa Conceptual

¿Por qué Maria Mercedes Es Importante ?

Pues en mi opinión María Mercedes es importante, porque es una poeta muy enfocada y fue trasladada muchas veces a Santiago de Chile, a Madrid y a muchos países. Hija de Eduardo Carranza un poeta también muy importante y de Rosita Coronado.A los 13 años regresó a Santafépara terminar la secundaria en el Nuevo Gimnasio. Luego se iría a la Universidad De Los Andes en donde se gradúa en letras. La vida de MaríaMercedes es muy interesante por eso para mí es importante. Y no solamente por tener buenos poemas o por venir de la mejor familia sino por su talento y armonía.